
La modalidad de contratación y los servicios incluidos en ella, son las factores principales que fijan el precio del seguro de salud.
El calor o el estrés pueden provocarnos problemas para conciliar el sueño que, unidos al insomnio y a otros trastornos relacionados con el descanso, pueden amargarnos las vacaciones o convertirse en un problema de salud que conviene atajar.
Las dificultades para dormir son un problema bastante común, no solo en los meses más calurosos del año. Actualmente más de un 20% de la población sufre alguna alteración del sueño y al menos un 10% tienen algún trastorno crónico relacionado con el descanso.
Los trastornos más comunes suelen dividirse por franjas de edad, pues es común que niños y adolescentes presenten insomnio, parasomnia o terrores nocturnos; y los adultos apnea del sueño e insomnio, sobre todo. Te lo contábamos en detalle en una publicación anterior: Los trastornos del sueño, ¿están cubiertos por el seguro?
En verano, los trastornos del sueño se multiplican, pues el calor, el cansancio de un día ajetreado o el estrés se unen a los trastornos más comunes para impedir que logremos una rutina regular y saludable de descanso, y esto puede llegar a producirnos problemas sociales, psicológicos y físicos, es decir, problemas de salud.
Antes de acudir a la medicación, existen algunas estrategias que podemos implementar, por nuestros propios medios y sin riesgos, para descansar en casa. Si nos cuesta relajarnos o tenemos un sueño ligero, podemos seguir alguno de los siguientes consejos para encontrar el que nos funcione:
El sueño tiene un papel de importancia en el metabolismo del ser humano, en nuestro sistema inmunológico y en nuestra memoria, aprendizaje, estado de ánimo… por eso es tan importante descansar las horas necesarias para poder desarrollar una vida plena.
Si, a pesar de haber puesto en práctica estos consejos, no consigues descansar como deberías, y el insomnio se prolonga demasiado en el tiempo, debemos acudir a un especialista que nos pueda ayudar a paliar las posibles complicaciones físicas o psicológicas que puedan estar asociadas a la falta continuada de horas de sueño.
Nuestras necesidades de descanso van variando a lo largo de nuestra vida, pero es cierto que, si los patrones se interrumpen por algún motivo fuera de lo común durante un tiempo determinado, sería conveniente vigilar de cerca los posibles motivos.
Si, por ejemplo, el tiempo de descanso se reduce paulatinamente, nos despertamos varias veces en medio de la noche o no tenemos un sueño profundo, y por las mañanas tenemos somnolencia o fatiga durante un periodo continuado, fuera de la situación normal, tal vez haya llegado el momento de recurrir a un profesional.
Aunque haya multitud de suplementos y fármacos que favorecen el sueño, no conviene automedicarse en ningún caso, sino acudir a nuestro médico del sistema de salud o a profesionales de los cuadros médicos incluidos en los seguros de salud.
Pues dormir bien es pilar fundamental de nuestra salud y nuestra vitalidad diurna, y si la falta de descanso se convierte en un trastorno, existen numerosos tratamientos, no solo farmacológicos, que pueden mejorar mucho la calidad de vida de las personas que padecen esta situación.
La modalidad de contratación y los servicios incluidos en ella, son las factores principales que fijan el precio del seguro de salud.
Tanto periodo de gestación como el parto suelen estar cubiertos en los seguros médicos privados, pero existen una serie de salvedades y pautas a seguir para tener una cobertura total.
Contratar un seguro médico puede ser muy útil. Tener una buena cobertura sanitaria es indispensable y los seguros de salud privados ofrecen asistencia de calidad. Sin embargo, en el mercado hay muchas ofertas distintas, con coberturas y precios de pólizas muy dispares.
El calor o el estrés pueden provocarnos problemas para conciliar el sueño que, unidos al insomnio y a otros trastornos relacionados con el descanso, pueden amargarnos las vacaciones o convertirse en un problema de salud que conviene atajar.